Cuando dos personas se conocen y se atraen a golpe de vista,
se produce lo que los franceses llaman “Le
Coup de foudre” o amor a primera vista, valga la redundancia. Particularmente
me gusta más que "nuestro flechazo” que me resulta antipático. Ese angelito
bobalicón y su flecha….¿de verdad representan el amor?
Quienes dicen que no existe es porque no lo
han experimentado. Permitidme decir que definitivamente y con toda seguridad yo sí. Hay veces en que sencillamente los
cuerpos se atraen no se si por física, química
o porqué, pero cuando eso ocurre no hay quien lo pare.
El organismo medio se descompone, se desarregla, hay músculos
que no se controlan, se relajan y aflora una sonrisilla tonta que nadie más
entiende.
El mundo queda reducido a los sentidos, quizás olvidados, ahora
amplificados, renovados. Se vive única y exclusivamente para el momento en que “las
pieles” vuelven a tenerse.
Olores y sabores se entremezclan, se confunden. Los días
pasan con una celeridad inusitada, desacostumbrada.
Uno no entiende cómo ha podido vivir de otra manera que no
sea pegado a ese otro cuerpo, tibio, acogedor, que se nos vuelve hogar y que a
veces nos ayuda a tocar lo que seguramente debe ser el cielo.
Y ese estado dura… hasta que un día vemos las cosas del
color que son. Cuando una conversación se convierte en una tarea peliaguda,
cuando dejamos de hacer o decir lo que quisiéramos “por si acaso”, para que no
haya una bronca, para complacer al otro… que no se rompa ese equilibrio inestable que no se sabe muy bien cómo, se ha instalado en nuestra vida.
¿Dejamos de ser “nosotros mismos” o quizás... “nosotras mismas”?. ¿Es este un error exclusivamente femenino?. Iluminadme por favor…
¿Dejamos de ser “nosotros mismos” o quizás... “nosotras mismas”?. ¿Es este un error exclusivamente femenino?. Iluminadme por favor…